Por Patricio Rosas
Médico y Diputado de Los Ríos
¿Cuántas veces nos han preguntado nuestro Rut cuando vamos a comprar ya sea un kilo de pan al supermercado o cuándo nos preguntan si acumulamos puntos en nuestra tarjeta de beneficios?. Hoy nuestros datos personales están protegidos por una ley que data de 1999 y abarca la comunicación, trasmisión, almacenamiento y uso de toda información que sirva para identificar a una persona natural: Rut, dirección, cadena genética y huella digital, entre otras materias. Sin embargo, hasta ahora no ha mostrado mucha eficacia y demás está decir que está más bien, obsoleta.
No es un tema menor, y debemos reaccionar ante estas nuevas problemáticas digitales que han surgido con los avances de las tecnologías. Tema que nos ha permitido legislar y subsanar una carencia en materia institucional en torno a la protección de datos personales. Por eso durante estos días la Sala de la Cámara aprobó, con una contundente votación de 146 votos a favor y una abstención, el proyecto que busca subsanar una carencia en materia institucional en el país, por medio de consagrar en la Constitución el derecho a la protección de datos personales.
Más allá de las diferencias entre las bancadas, todos tenemos opiniones coincidentes respecto a la necesidad de legislar en la materia. Pues no es un misterio que nuestros datos personales se encuentran extremadamente vulnerables, es decir, es posible, a través de distintas plataformas, filtrarlo y utilizarlos indebidamente. Demás está comentar el caso de Facebook, que recién denunció que los datos de al menos 85 millones de usuarios, fueron compartidos sin autorización alguna. Por lo anterior esta iniciativa viene a reformar la Constitución Política de nuestro país, en lo relativo al respeto y protección a la vida privada y a la honra de la persona y su familia, agregando a dichos conceptos el derecho a “la protección de sus datos personales” y determinando que el tratamiento y protección de dichos antecedentes se efectuarán en la forma y condiciones que determine la ley.
Chile está al debe en esta materia, y hoy nos encontrábamos prácticamente en tierra de nadie. Con este paso, nuestro país cierra una brecha que mantenía con el resto de las economías desarrolladas, ya que de los 34 países que conforman la OCDE solo Chile y Turquía no habían perfeccionado su legislación sobre la materia, situación que había sido alertada por el organismo multilateral en un informe realizado ya por el año 2015.
Cabe destacar además que esta reforma constitucional vendrá a ser complementada ahora con un proyecto de ley, actualmente en análisis en el Senado, que regulará la protección y el tratamiento de los datos personales y crea la Agencia de Protección de Datos Personales. Los chilenos se hacen muchas preguntas frente a situaciones que son derechamente abusivas, y nuestro rol como parlamentario es entregar un marco general que dé garantías a cada uno de nuestros compatriotas. Lo relevante es entender que toda esa información que día a día entregamos es personal y que necesita un resguardo y una protección que estamos dándole mediante esta ley, para que no sea mal utilizada con otros fines que no sea los que ha establecido el propio titular.