Escasez de leche no reconstituida y de origen nacional, además de una amplia oferta de bebidas lácteas de diversos vegetales (conocidas como “leche falsa”), ha provocado un distanciamiento entre las empresas adheridas al Consorcio Lechero Nacional y los consumidores.
En los últimos meses, diversas fuentes han puesto en evidencia la crisis que vive el negocio lechero en Chile. Las quejas por el bajo precio que pagan las grandes empresas a los productores de leche han destapado las problemáticas que aquejan a las multinacionales.
Origen de la leche
Una de las empresas en jaque ha sido Soprole. La filial de Fonterra en Chile disminuyó hace unos meses el precio pagado por litro de leche en 16 pesos, provocando una fuga de productores de leche.
Lo anterior hizo que Soprole/Prolesur busque nuevos productores en el extranjero: según la Odepa y el Banco Central, en la actualidad un 27,5% del total de la leche procesada por la multinacional proviene desde el exterior.
En el otro extremo se encuentra Colun, actualmente el mayor comprador de leche nacional con un 30% de la recepción total. Frente a la crisis, la empresa unionina anunció en marzo pasado que profundizará su estrategia de diferenciación a partir del sello “Magia del Sur”, caracterizada por ser leche producida completamente en Chile y de carácter no reconstituida.
Pese a ello, no hay indicios de realidad en cuanto a las proyecciones realizadas por el Consorcio Lechero Nacional en 2010; quienes proyectaron que en 2020 Chile sería uno de los líderes en exportación de lácteos. Sin embargo, ocho años después el país presenta un déficit en leche, debiendo ser abastecido desde el exterior en más de un 20% del consumo anual.
La polémica por el origen de la leche comercializada en el país llegó hasta el Congreso: el diputado Fidel Espinoza sugirió transparentar el origen de los lácteos que se venden en Chile y mejorar los canales de comunicación de las empresas, a través de una moción levantada por el parlamentario.
“Leche falsa” agudiza crisis emergiendo entre la competencia
Sumado al déficit de leche presente en el país, la irrupción de bebidas lácteas comercializadas como ‘leche’ en base a coco, almendras y/o soya, entre otros alimentos, ha provocado otro dolor de cabeza para los grandes gremios lecheros nacionales.
Estas bebidas de vegetales y proteínas añadidas provocaron en primera instancia que la Asociación Gremial de Productores de Leche de Valdivia (Aproval) haya levantado una campaña para informar a los consumidores sobre qué están consumiendo.
Quien también se adhirió a la cruzada de Aproval fue la Sociedad Agrícola y Ganadera de Osorno (Sago), tras la infracción que la Seremía de Salud de Los Ríos confirmó sobre los supermercados Jumbo y Unimarc en Valdivia por “venta de alimentos falsificados”, en relación a la comercialización de productos vegetales bajo el rótulo de leche.
Con campañas similares, todo parece indicar que la moción levantada por el diputado Fidel Espinoza y las reacciones iniciadas por gremios como Aproval y Sago fomentarán la transparencia sobre el origen de la leche y la elección de productos lácteos producidos en Chile.
Sin embargo, el precio y el déficit serán problemáticas que seguirán en la palestra de gremios y consorcios lecheros, quienes deberán diseñar nuevas estrategias para levantar el negocio, asumiendo que las formuladas y ejecutadas hasta el momento fracasaron rotundamente.