Por Iván Flores García
Diputado de la República
Como lo hemos señalado reiteradamente, el trabajo de los funcionarios públicos es especializado y lento de aprender. Su labor está ligada a la forma en que los programas de Gobierno y Rol del Estado lleguen rápida, eficaz y oportunamente al país, sean estos beneficios como subsidios, apoyo social o proyectos u obras de infraestructura.
Es estratégico mantener una masa crítica con conocimiento, trayectoria y principalmente con experiencia, porque un funcionario público no se prepara en una institución técnica o universitaria, como en otros países. En Chile, se prepara cometiendo los errores del noviciado y corrigiéndolos hasta dominar el idioma de la administración, los conocimientos de la ley y lo que exige la tecnología y la comunidad.
Los cambios ocurridos con la instalación de este gobierno en marzo es comprensible y son las reglas del juego, excepto la vulneración flagrante cometida contra funcionarios de la alta dirección pública.
Lo que ha venido ocurriendo hace un mes es sencillamente una razia política sin precedentes desde que se recuperó la democracia. No recuerdo ningún año desde 1990 en que al inicio de un gobierno, haya habido alrededor de 3.000 despidos en un año, siendo la mayoría de ellos sin justificación.
Esto lo digo con mucha responsabilidad, porque después de haber leído el instructivo ministerial enviado a todas las autoridades regionales del país, hoy nos vemos enfrentados a una situación que es exclusivamente de carácter político y regional.
Mas allá de mi rol político que siempre he tratado de hacerlo con amplitud, me duele en lo más profundo que autoridades, que en su tiempo, cuando iniciamos la región fueron contratadas en igualdad de condiciones, con las mismas exigencias, valoración y respeto que otros, hoy ellos despidan sin justificación a funcionarios que por años han cumplido a cabalidad su función, sin que medie ninguna sanción o mal desempeño.
Si queremos construir una región más justa y eficaz, necesitamos valorar de la misma manera a las personas que un día nos tendieron la mano y nos enseñaron la función pública sin bajezas ni mediocridades. Por eso hago un llamado al Intendente Regional para que asuma su responsabilidad y conduzca efectivamente su gabinete y no sigan escudándose en decisiones ministeriales que no existen. En concreto, leyendo los instructivos de Hacienda, ¡¡es claro que autoridades regionales cometen desacato!!