Por Pedro Díaz Polanco
Director de la Escuela de Administración Pública
Universidad Austral de Chile
Esto es así, ya que el Acuerdo por la Paz Social y la Nueva Constitución, y a través de la implementación del método D´Hondt como mecanismo electoral que se utilizará para elegir a los constituyentes, buscó perpetuar y garantizar el poder de los partidos políticos en el nuevo escenario político y social que generará una eventual nueva Carta Magna. Lo anterior, en función que el método D´Hondt minimiza las posibilidades electorales de los candidatos que son verdaderamente independientes al ser un método que está hecho para maximizar la representación de los partidos políticos.
De esta forma, y ante el escenario post plebiscito, algunos líderes de partidos han señalado que las posibilidades de participación que tendrán los independientes existirán a partir de la “generosa oferta” que les harán y que permitirá que ellos puedan competir desde el interior de sus listas.
A mi entender, el sólo hecho de plantear esta posibilidad como una alternativa -considerándola como una opción que tendría el potencial de corregir el egoísmo con el que los partidos políticos armaron el proceso constituyente- evidencia no sólo lo alejado que está la clase política de la realidad y del sentir social, sino también deja de manifiesto la nula disposición que la mayoría de los partidos tuvieron a la hora de armar un verdadero y legitimo proceso constituyente.