Por Diego Silva Jiménez
Académico Facultad de Salud UCEN
La captura de la masculinidad sobre la paternidad es compleja dando al padre el rol de proveedor, entregando en ello el éxito de su función como papá, dando por sentada dicha situación sin importar el tipo o condición de trabajo que realice y de no ser suficiente en términos pecuniarios debe buscar otras fuentes de ingreso aun a riesgo de su salud y pérdida de tiempo con la familia. Sin embargo, hoy en día la figura de la paternidad se ha ido actualizando de a poco, conforme se desarrolla la sociedad, con una generación nueva de padres más presentes, compartiendo labores de crianza y del hogar, asistiendo a reuniones de apoderado, cambiando pañales, haciendo tareas, cocinando para la familia, bailando, jugando, riendo y llorando, conteniendo, es decir paternando.
En este sentido, no hay que desmerecer la paternidad clásica, nuestros padres y abuelos crecieron bajo la figura de un padre ausente, osco y proveedor, donde el cariño y cuidado era dado por la madre, el padre en ese tiempo administraba orden, si es que estaban. Por ende, en vez de pedirles que cambien, cambiemos nosotros a través del cariño, preocupación y ejemplo, cuidémoslos, querámoslos y rescatemos los esfuerzos que realizaron por nosotros con sus limitaciones, ya que nadie nos enseña a ser padres.
Recordemos que padre no es que el engendra, sino el que cría, no olvidando en este paso a todas las figuras paternas que suplen a quienes no ejercen la paternidad, hermanos mayores, primos, tíos, abuelos y tantas madres que deben suplir todos los roles.
En este día del padre, celebre a quien deba, abrace a quien pueda y agradezca los cuidados a quien se los entregó. Por último, como la masculinidad atraviesa la paternidad, no dejemos que esta la capture, usted le puede regalar flores a su padre ahora y no esperar a llevárselas cuando no las pueda disfrutar.