“Regulación del mercado del cannabis. Modelos comerciales versus modelos no comerciales”, se tituló el conversatorio organizado por el profesor asociado del Instituto de Derecho Público de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales UACh, doctor José Ángel Fernández, en el marco del proyecto Fondecyt “Una propuesta de regulación del mercado de cannabis en Chile”.
La actividad en la Casa Luis Oyarzún 800, Valdivia y contó con las exposiciones del profesor de derecho penal (UACh) e investigador responsable, doctor. José Ángel Fernández; del profesor de derecho administrativo y coinvestigador, doctor Juan Carlos Ferrada; el académico de derecho tributario y económico (UACh) y coinvestigador, Hugo Osorio; la estudiante de derecho UACh y ayudante del proyecto, Midora Sovino; y el director de Estudios Fundación Eutopía, Mijail Villagra.
El proyecto “Una propuesta de regulación del mercado de cannabis en Chile”, apunta a que la discusión política (criminal), sobre el consumo y tráfico de productos derivados del cannabis psicoactivo no gira ya en el mundo civilizado sobre su legalización o despenalización, sino cómo debería regularse este mercado.
El profesor e investigador responsable, José Ángel Fernández, agradeció la asistencia de actores relevantes de la sociedad, y expuso que “el modelo comercial, busca la maximización de beneficios y la creación de riqueza, pero plantea problemas con la salud pública. Así, permite la venta de cannabis sin límite de THC, el consumo no solo de pitos, sino también de comestibles y bebidas; y la creación de grandes empresas. Este modelo tiene la ventaja de que se aproxima mejor a las preferencias de los consumidores y, por tanto, reduciría en mayor medida el mercado ilegal y la delincuencia. El problema es que podemos caer en los mismos errores que, en su día, cometimos con el alcohol y la comida chatarra: un consumo desmedido”.
Sobre el modelo no comercial intervencionista explicó que “regula el mercado con la finalidad de proteger la salud y a personas vulnerables como los menores de edad. Así, por ejemplo, limita las concentraciones de TCH, excluye ciertos productos, aplica impuestos especiales e, incluso, controla los precios. El problema de este modelo es que no siempre se va a adecuar a las preferencias de los consumidores y, por tanto, el mercado ilegal se hará cargo de estas”.
En cuanto al modelo no comercial comunitarista, agregó que, “este modelo critica tanto el modelo liberal, porque conlleva a un consumo irresponsable de las drogas, como el intervencionista, ya que el Estado tiende a limitar la libertad de manera autoritaria a los ciudadanos y comunidades. Su propuesta se articula a través del autocultivo, los microempresarios y los denominados clubs cannábicos. Este modelo evita que las multinacionales acaparen el mercado y promueve un consumo más responsable. El principal problema que tiene es un excesivo idealismo: no todos los consumidores chilenos les apetece participar activamente en una comunidad cannábica y pagar un precio más caro en comparación con las grandes cadenas de distribución. También, este modelo contribuye poco a las arcas del Estado”.
El profesor de derecho administrativo (UV) y coinvestigador Juan Carlos Ferrada, presentó el tema “Las reformas administrativas de la regulación de mercado de cannabis”.
“En el modelo comercial se observa una manifestación del liberalismo económico, hay mayor libertad de mercado, sus objetivos son comerciales, existe un desarrollo económico de escala, variedad de productos y hay recaudación tributaria. Mientras, el modelo no comercial, se distingue una ideología bienestarista, hay una mayor intervención del Estado, su objetivo es la salud pública, los productores o distribuidores están autorizados, productos estándar y su efecto es neutro”, puntualizó el académico.