En los últimos años hemos visto diferentes corrientes de producción agrícola y ganadera, basadas en conceptos regenerativos. Sin embargo, tras algún tiempo, muchos productores ven disminuida su productividad a niveles insostenibles, evidenciando que estos sistemas de producción y regeneración se extinguen con el tiempo, mientras otros mantienen su éxito.
Sin embargo, en ningún caso se cuenta con datos cuantificables y comparables sobre los suelos para establecer una metodología; la posibilidad de realizar estas mediciones, que permitan un curso de acción cauteloso y gradual sobre los cambios en los suelos, ha sido una solicitud constante de la Corporación de la Carne (Corpcarne).
Es en este contexto que Hardy Cárdenas, asesor predial con una gran trayectoria, crea Grassland Analysis en la comuna de La Unión, para disminuir el problema de planificación y toma de decisiones en base a datos en el ámbito regenerativo.
Así, junto a un equipo de ingenieros importó la tecnología inicial y luego creó un software y un equipo para medir constantes de interés a nivel de suelo. “El verdadero desafío es hacer que los campos con alta fertilidad de suelo no la pierdan con el tiempo, y también apoyar a productores que han sufrido el abandono de sus campos al no poder seguir produciendo, por estar muy degradados y por los altos costos que implica recuperarlos”, afirma Cárdenas.
Grassland Analysis se ancla en un software de gestión que ayuda a entender los procesos naturales de las praderas y el suelo, desde un enfoque medioambiental, siendo su principal objetivo la independencia productiva y la rentabilidad.
El sistema Grassland
En entrevista con su creador, Hardy Cárdenas, aclaró diversos aspectos de este innovador sistema basado en medición y recolección de datos.
¿Qué diferencias encontramos entre el sistema Grassland y otros sistemas de concepto regenerativo?
La mayor diferencia está en que nuestro sistema genera números, genera datos, se entrega información precisa de datos comparativos, también del equilibrio del suelo. Tenemos parámetros de producción de pradera y kilos de carne o leche por hectárea, pero también nos hacemos cargo del equilibrio de la materia orgánica, y la microbiota del suelo, básicamente hongos y bacterias, que son trascendentes para que los aportes de fertilizante puedan tener biodisponibilidad real.
Grassland tiene una mirada ambiental de la producción de leche o carne. Estamos midiendo los impactos que tienen los malos manejos sobre la producción de pasto y sobre el suelo.
¿Cómo funciona el sistema de recolección de datos?
Medimos semanalmente las praderas, los datos se registran y van a proceso a un software que nosotros diseñamos.
Es muy importante que la información vaya en línea, es decir, tomar decisiones en tiempo real. La decisión que se puede tomar hoy día es importante para que la pradera no se degrade.
¿Cuál es su visión en lo que respecta a fertilización de los suelos?
Hay que entender que el concepto central acá es ayudar al suelo, para que la naturaleza trabaje con nosotros. Si yo simplemente dejo de fertilizar, si no me preocupo de la calidad de la materia orgánica, de que los talajeos sean adecuados, por más que yo quiera un sistema regenerativo u holístico, puede terminar en un resultado no gratificante. Por ello, hay que apoyarse en la ciencia. Ello tiene la ventaja de que el productor también se involucre en manejos correctivos cuando sus datos se comparan con meses anteriores, o, mejor aún, con datos de producción del mismo mes en años anteriores.
En otras palabras, el sistema Grassland plantea un paso hacia lo regenerativo que tiene sus propios tiempos, de acuerdo al predio. Si se debe corregir con fertilización química hasta alcanzar un punto de equilibrio, debe hacerse, para permitir que el suelo esté en condiciones de comenzar a generar su propio equilibrio. Y entonces pasar a un esquema gradual hacia fertilización orgánica.
¿Y en cuanto a conservación de forraje?
Nosotros creemos que hay que beneficiar al suelo, y también el bienestar nutricional de los animales. Conservar forraje es necesario. Lo importante es que paulatinamente nuestras prácticas estén centradas en la vida del suelo, al equilibrio entre bacterias y hongos del suelo, e ir corrigiendo mediante la adición de materia orgánica, en la cual el aporte de lignina es crucial.
Tenemos predios en los que ya obtuvimos series de datos de 5 años de arrastre. Resultados: hasta 1.200 kg de carne por hectárea en productores que utilizan ganado de origen lechero, lo cual es estupendo.
En potreros con severa degradación, el manejo de lignina, en este caso agregando rastrojos y rezagando el último corte en verano para permitir que las mismas semillas resiembren la pradera, ha permitido un cambio significativo.
Esta innovación en el servicio de manejo predial tiene ya predios lecheros, crianceros y, fundamentalmente recriadores-engorderos. De esta manera, el sistema no sólo permite rebajar costos, sino tener la certeza de que estos recortes presupuestarios tienen un sustento científico.