El estudio, que evalúa la percepción económica tanto a nivel personal como general, incluye seis variables claves que van desde la situación económica personal hasta las expectativas de consumo. A pesar de un leve incremento en el indicador de la situación económica actual del país, que alcanzó los 27 puntos, la perspectiva a dos años vista muestra un preocupante panorama con un 44% de los encuestados proyectando un empeoramiento en la situación nacional y un 38% en la regional.
Constanza Caicha, académica de la sede Valdivia de la Universidad San Sebastián, señala que este pesimismo está cimentado en las continuas cifras negativas tanto a nivel macro como microeconómico, enfatizando que ciertos grupos demográficos —hombres, residentes rurales y el rango de edad de 36 a 55 años— muestran un mayor desaliento, correlacionado con la inflación persistente y un aumento del desempleo, particularmente en el sector de la construcción.
La perspectiva de adquirir viviendas o vehículos es especialmente baja, con un 79% considerando que es un mal momento para tales compras. Este sentimiento es más agudo entre los niveles socioeconómicos bajos y personas en el tramo etario de 36 años en adelante. Similar pesimismo acompaña la evaluación sobre la solicitud de créditos bancarios, con un 83% creyendo que no es el momento adecuado, cifra que se incrementa entre los mayores de 56 años.
El empleo es otro punto de preocupación con la mitad de los habitantes de la Región de Los Ríos anticipando un incremento en la cesantía para el próximo año. La dificultad para encontrar empleo se percibe aún más en mujeres y en personas entre 36 y 55 años.
Finalmente, las expectativas inflacionarias son igualmente desalentadoras. Un considerable porcentaje de los encuestados pronostica un aumento en los precios de productos básicos, siendo las mujeres y los grupos socioeconómicos más bajos quienes presentan un mayor pesimismo. Caicha concluye que estos segmentos, afectados por la dificultad de acceder a empleos de calidad y por la vulnerabilidad frente a la inflación, reflejan la ansiedad generalizada ante el futuro económico.
Este estudio del ICER no solo pinta un panorama retador para los ciudadanos de Los Ríos sino que también plantea interrogantes sobre las políticas económicas y sociales que deberían ser implementadas para revertir esta tendencia.
