Por Dr. Franco Lotito C. – www.aurigaservicios.cl
Conferencista, escritor e investigador (PUC)
Los llamados “psicópatas integrados” –conocidos también como “psicópatas domésticos”– son individuos arrogantes, egoístas y narcisistas, quienes, al mismo tiempo, pueden aparecer ante los ojos de los demás como sujetos encantadores y que están totalmente integrados en la sociedad, pero que carecen de conciencia moral, de principios éticos y de respeto mínimo por los sentimientos y emociones de los demás.
Asimismo, tampoco conocen el significado del concepto empatía, a raíz de lo cual, se convierten en sujetos oportunistas y manipuladores emocionales, ya que tienden a cosificar a las personas y las ven sólo como medios para alcanzar sus propios fines. Y aun cuando no tienen capacidad emocional o afectiva, sí poseen una buena capacidad cognitiva, que utilizan en su propio beneficio, al mismo tiempo que realizan conductas y actos crueles e insensibles, en los que incluyen a miembros de su propia familia.
Sin embargo, a pesar de su aparente arrogancia y egocentrismo, los psicópatas integrados temen, entre otras cosas, quedar expuestos ante los demás y que se descubra su complejo de inferioridad y su incompetencia en ciertas áreas del quehacer humano.
Es posible, que para algunas personas los conceptos “vulnerabilidad” y “psicopatía” aparezcan como incompatibles entre sí y que cueste creer que sujetos con “un trastorno de la personalidad antisocial” puedan experimentar sufrimiento y/o sentimientos de soledad. Sin embargo, por sorprendente que parezca, individuos con un perfil psicópata también lidian con altibajos, con algunos puntos y/o aspectos débiles. Conocer a fondo las debilidades de los psicópatas que están en nuestro entorno –familia, trabajo, círculo de amistades, etc.– ofrece una serie de ventajas.
Un individuo con este patrón de conducta tiende a subestimar a las demás personas y dado su egocentrismo, siempre asumirá que todos quienes están a su alrededor son inferiores a él (o ella). Estos sujetos necesitan que los demás refuercen su imagen, que nutran y alimenten su autoestima, pero cuando no lo logran, su arrogancia y aires de superioridad se desmorona como un castillo de naipes, al punto que el aislamiento social al que pueden ser reducidos, es el equivalente a su propia kriptonita, ya que no pueden soportar que se les rechace o que se les deje en un segundo plano. Estas son simples estrategias que las personas sanas y normales pueden utilizar para protegerse de este tipo de individuos.
El Dr. Robert Hare, uno de los expertos más reconocidos en el ámbito de la psicología criminal, en su libro “Sin conciencia” los describe como “sujetos fríos, insensibles, vengativos, manipuladores y mentirosos”, y si bien no siempre es factible identificar sus características de inmediato –ya que la mayoría de las personas parten del supuesto que estos sujetos carecen de puntos débiles–, los datos que muestran diversos estudios, es un tanto diferente.
Sin que importe mucho lo integrados, resueltos o amenazantes que parezcan ante nuestros ojos, lo cierto es que en relación con la personalidad y la constelación psicológica de un psicópata, hay aspectos grises, áreas débiles y vulnerables que resultan importantes de conocer. Revisemos algunas de estas debilidades:
1. Subestiman a los demás: uno de los aspectos débiles de un psicópata es que siempre ven a las personas como figuras que pueden explotar a su antojo. Dado que no están en condiciones de empatizar ni de conectarse con las realidades emocionales e intelectuales ajenas, tienden a subestimar a los demás. Este conocimiento se convierte en una ventaja, ya que al psicópata nunca se le ocurrirá esperar o pensar que otras personas puedan resistirse a sus acciones y superarlos con las propias habilidades y competencias.
2. Baja autoestima: el perfil de un psicópata presenta ciertas características diagnósticas que abarcan un amplio espectro de síntomas, la mayoría de los cuales se orientan a la explotación ajena y a la instrumentalización de otras personas a fin de obtener beneficios. Sin embargo, en muchos casos su arrogancia o aires de superioridad sirven como fachada para esconder más de una debilidad, una de las cuales tiene que ver con su autoestima. Una publicación de la Dra. Sonia Shagufta en el Journal of Social Sciences (FWU) señala que en estos casos estamos frente a individuos con una autovaloración negativa, es decir, son sujetos que no están satisfechos con ellos mismos y que dependen de los demás para validarse y reforzar su autoestima.
3. Necesidad de control: estos sujetos muestran una necesidad insaciable por alcanzar poder y control. Puede que esto no nos parezca una debilidad, sino que una amenaza. Sin embargo, el hecho de conocer su obsesión por tener el dominio en toda circunstancia –como una forma de reforzar su autoestima– es una ventaja, ya que si la persona se niega a entrar en su juego, muy pronto se desactiva su interés por manipular a aquellas personas que se les resisten.
4. Poca tolerancia a la frustración: una desventaja muy marcada de los psicópatas, es su falta de regulación emocional, aspecto que se advierte en que no son sujetos que tengan paciencia ni que sean muy reflexivos, lo que los hace ser sujetos impulsivos que sólo buscan refuerzos de manera inmediata, lo que provoca que tengan muy baja tolerancia a la frustración, lo que a su vez, deriva en rabietas y en conductas propias de niños pequeños.
5. Miedo a la soledad: lo que frecuentemente se observa tras el perfil de los psicópatas son vidas familiares caóticas con un evidente temor a la soledad, a raíz de lo cual, el hecho de ser aislados por los demás los deja sin refuerzos para su ego y autoimagen, una condición que los desestructura y aterra.
6. Falta de autoconciencia: el psicópata integrado es incapaz de reflexionar acerca del impacto negativo que tiene su conducta desviada, de modo que poco a poco, termina por convertirse en un marginado o paria social como consecuencia de lo nocivo de su trato hacia los demás, al ser incapaz de advertir que su estilo de actuar genera que la gente quiera estar lejos de ellos.
7. Temor a quedar expuestos: el hombre o mujer con este patrón de conducta va construyendo con esmero y dedicación una imagen pública de dominio, superioridad y control, de manera que la sola idea de que sus debilidades y falta de efectividad en su actuar queden expuestas públicamente, se convierte en una gran fuente de ansiedad y temor, dado que con esta revelación su imagen y sensación de control, simplemente, terminarían por derrumbarse.