jueves, octubre 31, 2024
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Un modelo de educación intercultural en Chile: Jardín Pichilamien de Pitriuco, 31 años cultivando cultura y comunidad

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En el marco del Fondo de Medios 2024, noticiaslosrios.cl presenta una serie de reportajes titulada "Reactivando la infancia: la importancia de la educación inicial", que cuenta con el financiamiento del Fondo de Fomento de Medios de Comunicación Social 2024 del Gobierno de Chile y el Consejo Regional de Los Ríos. Esta serie explora cómo la educación inicial se ha convertido en un motor clave para la recuperación y resiliencia de las comunidades en Chile, especialmente en la región de Los Ríos, tras la pandemia. A través de innovaciones pedagógicas y conmovedoras historias de superación, profundizaremos en cómo se está reconstruyendo el tejido social y revitalizando la infancia en esta “nueva normalidad”.

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En el marco del Fondo de Medios 2024, noticiaslosrios.cl presenta una serie de reportajes titulada “Reactivando la infancia: la importancia de la educación inicial”, que cuenta con el financiamiento del Fondo de Fomento de Medios de Comunicación Social 2024 del Gobierno de Chile y el Consejo Regional de Los Ríos. Esta serie explora cómo la educación inicial se ha convertido en un motor clave para la recuperación y resiliencia de las comunidades en Chile, especialmente en la región de Los Ríos, tras la pandemia. A través de innovaciones pedagógicas y conmovedoras historias de superación, profundizaremos en cómo se está reconstruyendo el tejido social y revitalizando la infancia en esta “nueva normalidad”.

Educación inicial y compromiso con la comunidad

Luisa Mesa, encargada y una de las fundadoras del Jardín Infantil Pichilamien de la JUNJI, es oriunda del sector Pitriuco en la comuna de Lago Ranco y ha dedicado más de tres décadas a la educación de los niños de dicha comunidad. “Llevo en este jardín desde que se fundó hace 31 años y soy originaria del sector. Mi vinculación con la comunidad ha sido muy positiva, siempre he tenido buenas relaciones y redes de apoyo, lo que ha sido fundamental para construir la conexión del jardín con el entorno”, relata.

Y es que la vinculación de Luisa con los líderes culturales ha sido esencial. “La influencia cultural en el desarrollo de los niños ha sido muy significativa. Procuramos que los niños mantengan su esencia, siempre vinculándolos con el territorio y fomentando que compartan lo aprendido en el jardín con sus familias. Buscamos constantemente apoyos en redes para que el aspecto de la interculturalidad esté presente en su aprendizaje”.

Luisa enfatiza la importancia de que los niños no pierdan su esencia cultural. “Para nosotros, estar en sintonía con las tradiciones del lugar es fundamental. Mantenemos las costumbres de la zona sin importar influencias externas, lo cual contribuye a que el jardín refleje la identidad del sector y sea un espacio donde los niños puedan conectar profundamente con su cultura y entorno”, afirma. Según relata, esta filosofía asegura que los niños crezcan valorando sus raíces y se sientan orgullosos de su identidad.

Evelyn Millafilo, educadora del jardín, destaca la importancia de trabajar la interculturalidad desde temprana edad. “Mi labor aquí es trabajar rescatando y valorando las tradiciones y conocimientos de sus familias en este territorio. Nos enfocamos en actividades como la cocina tradicional, el cultivo en la huerta, el invernadero y el trabajo de la lana, dado que este sector tiene una rica tradición en el tejido. A través de estas actividades, mostramos a los niños sus raíces y ellos también aportan sus propios saberes, compartiéndolos en el jardín. La idea es que se sientan orgullosos de lo que traen consigo, valorando aspectos que a veces ven como algo cotidiano o sin el brillo de la vida urbana y las nuevas tecnologías”.

Esta inmersión en la cultura local no solo enriquece su aprendizaje, sino que también fortalece su identidad. “Es muy bonito ver cómo un niño que, por ejemplo, viene de la ciudad muestra interés y talento en actividades como el trabajo en la huerta. Cuando descubren esas habilidades y encuentran un espacio donde pueden expresarlas, es gratificante. Ver a cada niño sentirse capaz y conectado con el entorno es una de las mayores satisfacciones de este trabajo”, comenta.

Las familias juegan un rol fundamental en este proceso educativo. Valeria Calfupán Fernández, presidenta de la directiva de apoderados y exalumna del jardín, comparte su satisfacción al ver cómo su hija participa en las tradiciones mapuche.

“El jardín significa mucho para mí; de hecho, yo también asistí a este jardín en mi infancia. Ahora, con mi hija en él, he asumido el cargo de presidenta de la directiva, y estamos comprometidos junto a las educadoras en el desarrollo de los niños. La conexión con la cultura es muy importante, y en este jardín está arraigada en cada actividad, lo cual me llena de orgullo”, afirma.

“Como mapuche, me importa mucho que los niños conozcan y valoren nuestras tradiciones. Aquí celebramos el Lepún en el sector y hacemos el We Tripantu en el jardín, donde los niños también participan. Los apoderados nos involucramos en estas actividades, compartiendo comidas típicas en las convivencias para que los niños se integren a la cultura desde temprana edad. Estas instancias nos permiten a los apoderados aprender más y sentirnos parte de nuestras raíces junto a nuestros hijos”, señala Valeria.

Para Pamela Rivas, apoderada y vecina de la localidad de Ignao, el enfoque cultural del jardín ha tenido un impacto positivo en sus hijos. “Mis hijos han estado en el jardín de esta zona; mi hija mayor estuvo hasta hace dos años y ahora está mi hijo más pequeño. Ha sido una experiencia muy buena, ya que el jardín trabaja mucho el tema de las culturas presentes en esta región, como el Mapudungún. Mi hija aprendió a hacer telar en el jardín, algo que nunca pensé que aprendería siendo tan pequeña. Creo que es un valor importante que les enseñen sobre las tradiciones y la cultura local desde una edad temprana”, comenta orgullosa.

“Además, el jardín ha incorporado actividades que conectan a los niños con la tierra. Cuentan con una educadora especializada que guía a los niños en tareas como el trabajo en la tierra y la siembra. Esto les ha enseñado a sembrar y ver crecer sus propios cultivos, algo que considero fundamental para valorar el entorno natural. Los niños vuelven a casa entusiasmados con lo que han aprendido; hablan de palabras en Mapudungún y traen ideas para sembrar en nuestra tierra, lo que nos ha unido aún más en torno al cuidado del medio ambiente”, relata Pamela.

La colaboración con líderes culturales locales es otro pilar del Jardín Pichilamien. José Ernesto Lignay Santana, jefe de ceremonia de la rogativa indígena de Pitriuco, valora la inclusión de los niños en estas tradiciones. “Hoy me siento muy contento al ver cómo los niños participan activamente en conocer y valorar nuestra cultura. Las educadoras del jardín han mostrado un gran compromiso al invitarme para compartir con los niños y enseñarles sobre nuestras tradiciones. Esto me llena de orgullo, ya que es fundamental que las nuevas generaciones conozcan las costumbres que mantenemos como comunidad. Las educadoras del jardín cumplen un rol importante al transmitir este conocimiento, asegurando que los niños crezcan con una comprensión de nuestras raíces”, expresa.

“Esto les permite incorporar nuestra historia y cultura desde pequeños, con la esperanza de que algún día puedan ser parte de nuestras ceremonias y tradiciones. Agradezco mucho la oportunidad de compartir y transmitir estos conocimientos, que son tan importantes para preservar nuestra identidad”, relata don Ernesto.

Esta interacción permite que los niños comprendan el significado profundo de las ceremonias y rituales, fomentando el respeto y la continuidad de las prácticas ancestrales.

El Jardín Infantil Pichilamien de Pitriuco es más que un establecimiento educativo; es un espacio donde convergen tradición, comunidad y aprendizaje. A través de la integración de prácticas culturales en su currículo y la participación activa de familias y líderes locales, el jardín fortalece la identidad y el sentido de pertenencia de los niños. En un mundo cada vez más globalizado, iniciativas como esta reafirman la importancia de mantener vivas las raíces culturales y de educar con sentido y propósito.

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