Reactivando la Infancia: Corresponsabilidad en la Educación Inicial como Base para la Equidad
En los últimos años, la educación inicial ha pasado a ser vista como un pilar fundamental no solo para el desarrollo de los niños, sino también para la transformación social. La corresponsabilidad en el cuidado infantil se ha convertido en una necesidad urgente, especialmente en un contexto donde las mujeres, tradicionalmente, han cargado con el peso de la crianza. La pandemia, al profundizar la desigualdad en las tareas domésticas, ha revelado la urgencia de trabajar en una distribución equitativa de estas responsabilidades. Es aquí donde la participación activa de padres, madres y otros miembros de la familia juega un rol clave, contribuyendo no solo al bienestar de los niños, sino también a la construcción de una cultura de igualdad de género desde la primera infancia.
La corresponsabilidad en el cuidado de los niños y niñas no es solo una cuestión de equilibrio entre las tareas del hogar, sino también de romper con los estereotipos de género que siguen marcando la crianza. Según diversos estudios, antes de la pandemia, las mujeres ya dedicaban el doble de tiempo que los hombres al cuidado de los hijos, un trabajo invisible que, en muchos casos, incluía las tareas domésticas y la responsabilidad emocional de la crianza. Esta situación se agudizó durante la crisis sanitaria, cuando los roles tradicionales se vieron acentuados por el confinamiento y la distancia social.
Este reportaje explora cómo la Sala Cuna y Jardín Infantil Carrusel, un establecimiento educativo ubicado en la comuna de Valdivia, se ha convertido en un modelo a seguir en la promoción de la corresponsabilidad en el cuidado de los niños y niñas, trabajando no solo en el desarrollo integral de los pequeños, sino también involucrando a las familias en la creación de un ambiente de aprendizaje inclusivo, afectivo y colaborativo.
Frente a esta realidad, el trabajo de instituciones como la Sala Cuna y Jardín Infantil Carrusel resulta esencial. No solo porque promueven un ambiente inclusivo para el desarrollo de los niños y niñas, sino porque también incentivan la participación de toda la familia, especialmente de los padres, en el proceso de crianza. De esta forma, se construye una cultura de igualdad que beneficia tanto a los niños y las niñas como a las personas adultas quienes cotidianamente son parte de su vida, impactando positivamente en el
desarrollo emocional y social de todos los miembros de la familia.
Voces del Jardín Infantil y Sala Cuna Carrusel
Para Aide Villarroel, técnico en párvulos del establecimiento, involucrar a las familias no es solo un objetivo, sino una práctica diaria. “Incorporamos a las familias en todas las actividades del aula realizando un trabajo con temáticas transversales. La familia es parte de nuestro trabajo diario, por lo que las involucramos a través de encuestas, asambleas y atendiendo sus necesidades e intereses, así como los de los niños, para desarrollar un trabajo conjunto con la comunidad educativa. Además, trabajamos la inclusión desde la primera infancia, abordando temas como el juego de roles y respetando los ritmos de aprendizaje de cada niño. Para esto, tenemos una buena referente que nos capacita, y también nos autocapacitamos, con el objetivo de ofrecer el mejor servicio a los niños y las niñas”.
Francia Lorca, quien tiene a su hijo Ariel en el jardín, también resalta la importancia de la tradición y el sentido de comunidad que caracteriza al establecimiento. “Hay una historia familiar de muchos años vinculada a este lugar, y desde el primer día, las educadoras nos recibieron con tanto cariño que sentimos como si ya fuéramos parte de la comunidad del jardín”, comenta. Esta conexión emocional y la cercanía de los profesionales con las familias son elementos clave para generar un ambiente de confianza que favorece el desarrollo de los niños.
El trabajo en Carrusel también se caracteriza por un enfoque integral que no solo involucra a los padres en el proceso educativo, sino que también promueve la reflexión sobre temas clave como la igualdad de género.
Berta Jaramillo, educadora de párvulos, resalta cómo, en los últimos años, ha aumentado la participación de los padres en la educación inicial, con un interés particular por compartir las responsabilidades de crianza. “Ahora vemos más a menudo a padres que asisten a talleres y actividades junto con las madres, y eso está cambiando la visión sobre el rol de los hombres en la crianza”, comenta Berta.
La implementación de actividades como el juego de roles y escenarios pedagógicos ampliados permite que los niños vean que tanto papá como mamá pueden compartir las tareas relacionadas con su educación y bienestar. Esta práctica refleja un avance significativo en la corresponsabilidad en el cuidado infantil, promoviendo un ambiente de igualdad desde los primeros años de vida.
Camilo Valduvinos Cáceres, apoderado de Colomba Andrea, comparte su experiencia en el establecimiento. “Mi experiencia ha sido buena; nos han acogido muy bien, tanto a mí como a Colomba, brindándonos mucho apoyo. Yo soy quien se encarga de ella a tiempo completo, ya que vivimos juntos con mi madre. Llevarla al jardín ha sido un gran respaldo, ya que aquí ha aprendido a socializar y ha crecido en muchas áreas. A pesar de ser un poco inquieta, venir al jardín le ha servido mucho. Estoy contento y agradecido, pues ha sido una ayuda importante para nosotros”.
Alejandra Leal Olivares, encargada del jardín, refuerza este enfoque mediante la implementación de actividades que integran a las familias en diversos talleres. “Desde que asumí el cargo, nos propusimos involucrar a todos los miembros de la familia en el proceso educativo, más allá de su estructura familiar”, explica.
En el establecimiento, se han llevado a cabo talleres sobre temas como la masculinidad en la crianza, en los que participan padres en este espacio de reflexión junto a educadores y técnicos en párvulos de otras unidades educativas, y actividades de construcción de juguetes que refuerzan la colaboración y el sentido de pertenencia. “Es importante que todos, independientemente de su rol, se sientan parte activa del proceso de aprendizaje de la niñez”, afirma Alejandra, quien destaca el impacto positivo que estas iniciativas tienen en el desarrollo integral de niños y niñas, y en la comunidad en general.
El trabajo de la Sala Cuna y Jardín Infantil Carrusel no solo impacta directamente a los niños que asisten al establecimiento, sino que también tiene un efecto transformador en las familias y la comunidad. La corresponsabilidad en el cuidado infantil y la educación contribuye a construir una cultura de igualdad que beneficia a todos. “Aquí trabajamos para que los niños se sientan tranquilos, seguros y valorados”, agrega Alejandra Leal, destacando cómo los niños perciben el involucramiento de sus familias.
Mónica Vargas, apoderada del jardín, comparte su experiencia en el establecimiento al que asiste su hija Julieta, quien tiene síndrome de Down. “Desde que nació Julieta, hemos buscado un lugar donde pudiera recibir terapias y compartir con otros niños. Aquí encontramos un espacio acogedor y de confianza. Al principio tuve miedos, pero verla feliz y adaptada me da mucha tranquilidad. Valoro la comunicación que tienen las tías con nosotros y cómo nos involucran a los padres. Este jardín es un segundo hogar para ella; sé que está bien cuidada y eso me hace sentir en paz”.
En un mundo donde los estereotipos de género y las desigualdades en las responsabilidades familiares aún persisten, el trabajo de instituciones como la Sala Cuna y Jardín Infantil Carrusel demuestra que la corresponsabilidad es una herramienta poderosa para avanzar hacia una sociedad más equitativa. A través de la colaboración, el respeto y la participación activa de todas las partes involucradas, se puede construir un futuro más justo y equilibrado para los niños, sus familias y, por ende, para toda la sociedad.