Alimentando el Futuro: La Revolución de la Nutrición en Educación Parvularia
En América Latina, la evolución de la nutrición en la educación parvularia ha sido significativa en las últimas décadas. Los gobiernos y organizaciones internacionales han reconocido que una alimentación adecuada en los primeros años de vida es crucial para el desarrollo cognitivo, físico y emocional de las niñas y niños. Programas como la Iniciativa Hambre Cero y las estrategias de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) han impulsado políticas públicas orientadas a mejorar la calidad nutricional en centros educativos. Se ha pasado de enfoques meramente asistencialistas a modelos integrales que incluyen educación alimentaria y promoción de hábitos saludables desde la primera infancia.
En Chile, esta transformación se ha materializado a través de políticas como el Programa de Alimentación Escolar (PAE) y la incorporación de estándares nutricionales en las bases curriculares de educación parvularia. Instituciones como la Junta Nacional de Jardines Infantiles (Junji) y la Fundación Integra han desempeñado un papel fundamental en la implementación de prácticas que fomentan una alimentación saludable y consciente. Además, hay una creciente tendencia a integrar conocimientos ancestrales y culturales en la educación nutricional, como se observa en el CECI Rayukey Kimün, donde se promueve la soberanía alimentaria y el respeto por la naturaleza, conectando a las niñez con sus raíces mapuche y enseñándoles el valor de cultivar y consumir alimentos nutritivos y tradicionales.
Apostando a la educación intercultural en la comuna de Lanco
En el sector rural de Lumaco, comuna de Lanco, el Centro Educativo Cultural de la Infancia (CECI) “Rayukey Kimün” cuyo nombre significa “Donde Florece la Sabiduría”, se erige como un faro de innovación en educación inicial. Este centro, que atiende a niñas y niños de 2 a 6 años, ha convertido la nutrición y la alimentación consciente en pilares fundamentales de su propuesta educativa, integrando la cultura mapuche y el respeto por la naturaleza en cada experiencia de aprendizaje.
Desde 2016, el equipo educativo, conformado por Javiera Huanaco Millanao, Gladys Millalef Huanquil y Elizabeth Chandia Mella, observó que las y los párvulos desconocían las semillas y no participaban en prácticas de siembra. En respuesta, junto a las familias y la comunidad, iniciaron proyectos como el “Micro Túnel” y el “Banco de Semillas”, financiados por programas como el Plan de Desarrollo Territorial Indígena (PDTI) y la Red Chilena de Huertas Educativas (RIHE). Estas iniciativas buscan recuperar semillas ancestrales en peligro de extinción en el lof mapu, promoviendo experiencias educativas que conectan a niñas y niños con su patrimonio cultural y fomentan la soberanía alimentaria del pueblo mapuche.
En 2023, la Junta Nacional de Jardines Infantiles (Junji) reconoció a Rayukey Kimün como la unidad educativa destacada de la región de Los Ríos por su implementación de prácticas pedagógicas innovadoras que contribuyen al desarrollo de niñas y niños y potencian sus aprendizajes. Este programa alternativo de educación, bajo la modalidad de Centro Educativo Cultural de Infancia (CECI), ha logrado generar transformaciones profundas en la comunidad educativa. El equipo pedagógico actualmente atiende con dedicación a seis párvulas y párvuños, potenciando su desarrollo integral.
La propuesta pedagógica del CECI “Rayukey Kimün”, basada en la filosofía Reggio Emilia y alineada con las bases curriculares de educación parvularia, resalta la importancia de que las infancias sean protagonistas de sus aprendizajes. A través del juego, la exploración y el contacto directo con la naturaleza, las y los párvulos desarrollan su creatividad y fortalecen valores como el cuidado y respeto por la vida, reflejados en el kume mongen mapuche. La participación activa de las familias y la comunidad educativa ha sido clave en este proceso, generando oportunidades significativas para vivenciar el descubrimiento y el encantamiento de la naturaleza en su vida cotidiana.
El impacto de la propuesta pedagógica del “Rayukey Kimün” en las infancias del sector Lumaco
Como apoderado comprometido con las actividades del centro, Juan Tripayante Candia comparte su experiencia colaborando en diversas tareas comunitarias: “Nosotros estamos aquí, por ejemplo, desempeñándonos con la ayuda en todas las cosas que hay que hacer. Hay distintas tareas y nosotros apoyamos. Realmente se necesitan manos a la obra. Principalmente he cooperado en el cerco, hemos plantado arbolitos y trabajado en el huerto medicinal y parte del invernadero. Todo lo que son las partes donde está sembrada la semilla, también estamos ahí cooperando. Es algo que hacemos entre todos los apoderados, así que hemos estado apoyando en ese sentido”.
Además, Juan destaca la importancia de educar a las niñas y niños en la conservación de las semillas y el valor de la tierra. “Me parece importante que los niños vayan aprendiendo sobre cómo rescatar las semillas, entendiendo que son esenciales porque la alimentación depende de lo que se siembra en el lugar. Es fundamental que ellos comprendan el valor de la tierra, las plantas y las semillas, porque también están disfrutando su infancia a través de esto, aprendiendo y jugando al mismo tiempo”.
Por otro lado, Javiera Huanaco, encargada del centro educativo, explica el enfoque y los valores que guían su labor en la institución, detallando que “nuestro sello está enfocado en la territorialidad, culturalidad, inclusión y también el protagonismo de los niños y las niñas, que ha sido algo muy importante acá en nuestro territorio, que es el lof Kilchemapu, donde nuestros niños y niñas participan activamente en todas las experiencias que desarrollamos”.
Ella también describe la iniciativa del banco de semillas como una práctica innovadora para preservar variedades locales y fomentar la participación de los niños y sus familias,“acá nosotros tenemos una práctica de innovación que es el banco de semillas, que es donde juntamos y recolectamos todas las semillas que se están perdiendo acá en el territorio. Esa era como la preocupación que teníamos como equipo, el tema de las semillas que se estaban perdiendo y que también los niños y niñas no estaban siendo partícipes de todo ese proceso, ya sea sembrado, regar, cultivar la tierra. Entonces, igual participan las familias, se han ido vinculando de a poco las familias y hemos hecho una recolección amplia de distintas semillas”.
Javiera resalta la importancia del apoyo comunitario en el desarrollo de sus proyectos, redes que son tremendamente relevantes para este establecimiento, “gracias a la comunidad nosotros estamos acá, porque ellos fueron los que pidieron un centro educativo acá y se pudo traer un CECI y hemos trabajado en conjunto con ellos, con las personas de la comunidad, los dirigentes y así diferentes redes vinculantes que nos apoyan también en nuestra labor, ya sea en las semillas o también en proyectos que nos hemos adjudicado gracias a ellos”.
Finalmente, Gladys Millalef, agente comunitaria del CECI, expresó su satisfacción por el trabajo realizado al involucrar a familias y organizaciones en las actividades del centro, labor que lidera en esta localidad. “Ha sido un trabajo muy grato porque hemos ido involucrando de a poco a las familias, a la comunidad y otras instituciones que nos han ido apoyando en base a los proyectos que necesitamos para ir desarrollando las experiencias en relación a los sembrados de nuestro CECI”.
“Las familias nos han manifestado su satisfacción porque esta práctica de la siembra se había ido perdiendo en nuestra comunidad. De hecho, habían semillas que estaban en extinción. Fueron ellas, las familias, quienes nos trajeron las primeras semillas que les quedaban en casa. Y acá fueron sembradas por los niños y niñas, cosechadas, y después, aparte de llevar productos hacia sus hogares, como lechuga y cilantro, también pudieron llevar semillas y replicar estas experiencias en casa. Ahora comprenden el valor de la alimentación saludable, y cómo eso se va incorporando en las comidas que se dan a diario en nuestro establecimiento, donde usamos las lechugas, el cilantro, las acelgas, a través de las experiencias pedagógicas”, relata.
Un ejemplo a seguir en la educación inicial de Los Ríos
El esfuerzo conjunto del equipo educativo, las familias y la comunidad en el CECI “Rayukey Kimün” demuestra lo vital que resulta la educación inicial cuando se centra en la participación activa y el respeto por la cultura y la naturaleza. Al recuperar semillas ancestrales y prácticas agrícolas tradicionales como las que aquí se desarrollan, no solo están fortaleciendo la identidad cultural del pueblo mapuche, sino que también están enseñando a las nuevas generaciones la importancia de la sustentabilidad y la conexión con la tierra. Este modelo educativo, que pone a las niñas y niños en el centro de su aprendizaje, ofrece una valiosa lección sobre cómo la educación puede ser un motor de cambio positivo en las comunidades, promoviendo el desarrollo integral y la resiliencia frente a los desafíos actuales.