Por Luis Cuvertino Gómez
Gobernador Regional
Cuando el Presidente Boric asumió su mandato, se comprometió a fortalecer la descentralización y dar mayor autonomía a las regiones de Chile. Sin embargo, estos compromisos permanecen inconclusos. Hoy enfrentamos un panorama de incertidumbre, donde la falta de avances claros refleja una debilidad en la convicción política para consolidar este proceso tan necesario para el desarrollo del país.
El reciente escenario de restricciones y tutelaje presupuestario es un ejemplo claro de cómo las medidas adoptadas no han fortalecido a los Gobiernos Regionales ni mejorado su capacidad de gestión. Por el contrario, estas decisiones han sido ineficaces, entorpeciendo el gasto y dificultando la conexión con la ciudadanía. En vez de reforzar los controles internos y los procesos administrativos, se ha optado por medidas restrictivas que no abordan los problemas de fondo. Esto, además de limitar nuestra capacidad de acción, genera una percepción pública de desconexión e ineficiencia.
Esta semana estuvimos en la Región de O’Higgins, participando de un nuevo encuentro de Gobernadores y Gobernadoras, donde se realizó la elección de la nueva directiva de AGORECHI, que durante este año será liderada por el Gobernador Pablo Silva Amaya. Hubo capacidad de diálogo político, fortaleciendo el papel de representación de todos los territorios, conformando una directiva políticamente integrada y con capacidad negociadora.
Este encuentro también permitió un diálogo franco con la Ministra del Interior, Carolina Tohá, donde los Gobernadores expusimos un diagnóstico general de este primer periodo, los avances, los compromisos incumplidos y las brechas aun presentes. Aunque no es satisfactorio, mantenemos nuestra convicción de avanzar, porque la descentralización no es solo un desafío político, sino una necesidad para Chile y el bienestar de las personas.
Pensar Chile desde las regiones sigue siendo una tarea pendiente. La próxima reunión con el Presidente de la República, el 28 de este mes, será una nueva oportunidad clave para plantear la urgencia de dar continuidad a los compromisos asumidos y fortalecer la confianza en el proceso de descentralización. No podemos permitir que la incertidumbre presupuestaria siga afectando la planificación y ejecución de proyectos que son vitales para nuestras comunidades.
Es momento de que el Gobierno retome con decisión su compromiso regionalista e impulse un trabajo conjunto entre todos los actores políticos y territoriales. Resolver los problemas estructurales que frenan la descentralización es esencial para construir un país más justo y equitativo. ¡El desafío es grande, pero nuestra determinación y esperanza son mayores!.
