El testimonio destaca que la lancha habría zarpado sin el permiso correspondiente. “Ellos tenían que haber pedido un permiso a la Marina. Me imagino que la Marina se lo dio por algo que ellos sacaron”, mencionó el sobreviviente, quien también criticó que la embarcación sobrepasó su capacidad segura: “Ellos decían que el lancha era para 40 personas, y nosotros éramos 21… pero pasó a buscar más gente porque querían tener más ingresos”.
En cuanto a las condiciones climáticas, señaló que al partir el viaje “estaba nublado y hacía calor… No había viento”, pero el panorama cambió al llegar al sector de Punta Tiburón. “Empezó a entrar agua por detrás. Él no llevaba un asistente circulante, iba solo”, indicó. La situación se agravó cuando el capitán dejó el volante para intentar accionar una motobomba defectuosa: “La motobomba estaba mala, nunca sacó el agua”.
El sobreviviente también reveló que, tras la inundación de la lancha, quedaron atrapados. “Nos atrapó una ola y se llenó el bote completo. Nos quedamos todos encerrados”, narró. Fue gracias a la intervención de un militar y un primo del testigo que lograron sobrevivir: “Rompieron el vidrio de adelante… Todos los que estamos vivos hoy en día es porque rompieron el vidrio”.
La acción del capitán fue duramente criticada. “El capitán no hizo nada. Lo primero que hizo fue subirse y que no subiera nadie”, afirmó el testigo, agregando que varios pasajeros murieron por la falta de acción y negligencia, incluyendo a familiares cercanos: “Mi abuela, que estaba sana, tenía diabetes y se murió ahí. Mi mamá se murió tratando de flotar junto con mi padre”.
El sobreviviente también subrayó la importancia de los chalecos salvavidas: “Nos salvamos por el chaleco. Si no hubiéramos tenido el chaleco, hubiéramos muerto todos”.
La investigación sobre el naufragio continúa mientras las autoridades intentan esclarecer las responsabilidades en esta tragedia que conmociona al país.