Por Enrique Larre
Arquitecto
Densificar una ciudad no significa simplemente construir más edificios sin control. La densificación debe hacerse de manera planificada, asegurando que el crecimiento sea eficiente y no sobrecargue los servicios básicos, como el transporte, el agua, la electricidad o la recolección de basura. Para ello, es fundamental diseñar barrios que cuenten con servicios adecuados, acceso a áreas verdes y una distribución equilibrada entre espacios públicos y privados.
Una de las claves para que la densificación sea exitosa es la mezcla de usos. No basta con construir más viviendas si no se incluyen también zonas comerciales, educativas, de salud y recreativas dentro de la misma área. Un barrio bien diseñado es aquel donde los habitantes tienen todo lo que necesitan cerca de casa, sin depender del automóvil. Esto reduce los tiempos de desplazamiento, mejora la calidad del aire y fomenta comunidades más activas y seguras.
La regulación de la construcción juega un papel crucial en este proceso. Es necesario que los planes urbanísticos se actualicen y fomenten un crecimiento equilibrado, evitando que se construyan edificios en zonas sin la infraestructura necesaria para soportarlos. Además, es importante incentivar la inversión privada para generar espacios de calidad, con diseños sostenibles y soluciones innovadoras que permitan aprovechar mejor el suelo sin afectar la calidad de vida de los habitantes.
Un aspecto clave de la densificación inteligente es la movilidad. Si una ciudad se densifica pero no mejora su sistema de transporte, se creará un caos. Por eso, es fundamental que la planificación del transporte vaya de la mano con la densificación. Debemos priorizar sistemas de transporte público eficientes, ciclovías seguras y calles pensadas para los peatones. Si no se implementan estas medidas, la concentración de personas solo traerá más congestión y tiempos de viaje más largos.
En lugar de oponernos al crecimiento de las ciudades, la solución es planificarlo de forma que beneficie a todos. Es necesario pensar a largo plazo, asegurarnos de que los servicios estén bien distribuidos y fomentar una inversión responsable. Así, podremos crear ciudades más habitables, sostenibles y con una mejor calidad de vida para todos sus habitantes. La densificación inteligente no es solo una opción, es una necesidad para el futuro de nuestras ciudades.
(Lealo con ironía)Claramente, Singapur logró ser un referente mundial en desarrollo urbano gracias a la pura suerte y no porque planificaron cada metro cuadrado con visión a 50 años, invirtieron en transporte público de primer nivel y lograron que el 50% de su territorio fueran áreas verdes… No, seguro fue casualidad. O Medellín, que de la nada pasó de ser una de las ciudades más peligrosas del mundo a un modelo de urbanismo exitoso… seguramente sin planificación, inversión, ni visión estratégica se lograría. Y tu ¿Como crees que va creciendo tu ciudad?
