Por Roberto Guarda Asenjo
Secretario APR Champel San Jorge
En nuestro país, de acuerdo con los datos oficiales, alrededor del 97% de la población tiene acceso a agua potable. Esa cifra espectacular esconde una realidad brutal: medio millón de chilenos no tiene acceso a agua potable. Esta situación es muy compleja de afrontar, más aún con la nueva realidad de la ruralidad, en donde, en el último tiempo —especialmente después de la pandemia—, se ha generado una alta migración de familias desde la ciudad.
Estas familias, en general, llegan con expectativas de vivir en el campo con las comodidades de la ciudad; sueños que se rompen cuando no tienen acceso al vital elemento en cantidades necesarias para llevar una vida normal.
En esta parte de la historia aparecen algunos políticos con discursos demagógicos y populistas, ofreciendo soluciones que generalmente no se cumplen en tiempo y forma para estos nuevos campesinos. De la misma manera, hay sectores emblemáticos en nuestra Región de Los Ríos que llevan años, e incluso décadas, esperando una solución definitiva a su problemática, la cual el Estado aún no ha resuelto.
La otra gran amenaza son las industrias forestales y ganaderas a gran escala, que cada vez más están depredando las aguas superficiales y subterráneas. Si bien, a nivel macro, generan grandes recursos, a nivel local de esos recursos poco queda en los territorios, los cuales de a poco se van transformando en zonas de sacrificio.
La Región de Los Ríos, siendo —como su nombre lo indica— una zona con abundancia de agua, enfrenta grandes desafíos en la distribución sostenible del recurso, tanto para el desarrollo económico como para el consumo humano.