La iniciativa, conocida como “ley antipitutos”, necesitaba 77 votos favorables en la Cámara de Diputadas y Diputados, pero solo alcanzó 64. Además, se registraron 23 votos en contra y 36 abstenciones.
El proyecto proponía inhabilitar para ocupar cargos públicos a cónyuges, hijos, adoptados y parientes hasta el tercer grado de consanguinidad o segundo de afinidad de autoridades como el Presidente de la República, ministros, subsecretarios, senadores, diputados, gobernadores, alcaldes y consejeros regionales.
Durante su tramitación, se intentó modificar la propuesta para permitir la contratación de familiares que acreditaran idoneidad profesional. Sin embargo, surgieron dificultades para establecer criterios objetivos y verificables sobre dicha idoneidad, lo que complicó el avance de la iniciativa.
José Antonio Kast, actual líder del Partido Republicano, calificó el rechazo como “una vergüenza para Chile” y criticó especialmente a los parlamentarios de Chile Vamos que se abstuvieron. A través de redes sociales, Kast afirmó que “el Estado no puede estar al servicio de los políticos, sino de las personas”, y aseguró que insistirá con esta propuesta en el futuro.
El archivo del proyecto reabre el debate sobre la transparencia y la probidad en el ejercicio de la función pública, temas que continúan siendo parte de la agenda política nacional.