Las y los trabajadores de la Corporación Regional de Desarrollo Productivo (CRDP) de Los Ríos anunciaron la adopción de un “estado de reflexión” a contar de hoy, en respuesta a una crisis que calificaron como “insostenible”: llevan 55 días sin percibir sueldos ni honorarios, lo que equivale a casi dos meses de trabajo sin ingresos.
“Esta situación ha impactado no solo nuestra estabilidad económica, sino también nuestra salud mental y bienestar emocional, personal y familiar”, señalaron mediante un comunicado público firmado en asamblea tanto presencial como virtual. Aseguran que han seguido cumpliendo sus funciones con compromiso a pesar del complejo escenario, pero que la prolongación de la incertidumbre ha generado un “desgaste psicológico significativo, expresado en ansiedad, preocupación constante y una creciente sensación de abandono institucional”.
Entre las medidas adoptadas en esta etapa, informaron que seguirán asistiendo a sus espacios laborales, pero no atenderán compromisos con terceros ni participarán en actividades externas a sus unidades. Asimismo, las oficinas permanecerán cerradas al público tanto en la sede central de Valdivia como en el Espacio Fluvial y en la oficina de La Unión.
“La dignidad del trabajo no puede seguir esperando”, declararon en el comunicado, enfatizando que esta acción es un acto legítimo de organización laboral y una forma de visibilizar el malestar colectivo que, según afirmaron, “ya no puede reducirse a un problema administrativo”.
La medida será evaluada el miércoles 30 de abril a las 13:00 horas, y su continuidad o intensificación dependerá exclusivamente de la resolución de la situación de financiamiento. “Mientras no exista certeza total sobre el pago de nuestras remuneraciones, el estado de reflexión se mantendrá de forma indefinida”, advirtieron.
El comunicado fue suscrito por más de una veintena de funcionarios, incluyendo Blas Gallardo, Carolina Soto, Rodrigo Ibáñez, Patricia Vera, Mauricio Rodríguez y Teresa Lagos, entre otros.
“La dignidad del trabajo es irrenunciable”, concluye el texto, marcando el tono de una crisis que los propios trabajadores han decidido visibilizar como una interpelación institucional profunda.