Por Dr. Franco Lotito C. – www.aurigaservicios.cl
Académico, escritor e investigador (PUC-UACh)
“¿El secreto de la longevidad? Comer la mitad, andar el doble, reír el triple” (autor desconocido).
Las estadísticas indican que la cantidad de personas que alcanzan los 100 años de edad o más, ha ido creciendo progresivamente y diversos expertos en la materia se cuestionan y preguntan acerca de cuáles son, en realidad, aquellos factores que permiten que ciertas personas lleguen a los 100 años de edad, en tanto que otras mueren relativamente jóvenes.
Mucha gente, a su vez, piensa –y cree– que la longevidad se asocia directamente con el optimismo y la actitud positiva que tienen y/o que adoptan las personas frente a la vida. No cabe duda que ambos factores –positividad y optimismo– colaboran para que la gente viva más años. Más aún, si estos factores se asocian a conductas tales como mantener hábitos saludables relacionados con la alimentación y la realización de actividad física en forma regular.
Sin embargo, el Dr. David Watson, profesor de psicología de la personalidad de la Universidad Notre Dame, Estados Unidos, asegura que se “sobrevalora el efecto de ser, solamente, positivo y optimista como rasgos de personalidad” y asegura que sus estudios e investigaciones lo han hecho llegar a la conclusión que “la escrupulosidad, o qué tan ordenado y disciplinado es una persona, está más estrechamente relacionado con la longevidad”.
Los argumentos y pruebas que señala el Dr. Watson no dejan de darle la razón, ya que él explica que los individuos escrupulosos, es decir, cuidadosos y meticulosos, tienden a cuidar mejor su salud, como cuando, por ejemplo, (a) beben alcohol con moderación, (b) se alimentan de forma balanceada, (c) evitan conductas de riesgo, es decir, “no hacen cosas estúpidas, por lo que tienen menores tasas de accidentes y mejores comportamientos de salud”.
La escrupulosidad es un rasgo de personalidad que se refiere a cuán organizado, disciplinado y responsable es un individuo. Las personas con alto nivel de escrupulosidad suelen ser muy cuidadosas, perseverantes, prudentes y orientadas a las normas. Algunas de las principales características de estos individuos son las siguientes:
1. Son personas muy organizadas: les gusta tener todo planificado, en función de lo cual, hacen listas y cronogramas para sus tareas y actividades.
2. Se esfuerzan por cumplir con sus obligaciones y compromisos. Son personas confiables y responsables.
3. Siguen las normas y estándares, ya que les importa mucho hacer las cosas bien y en forma correcta y respetuosa.
4. Son cuidadosas en sus decisiones: analizan los pros y los contras, antes de actuar.
5. Evitan conductas riesgosas y/o actos imprudentes.
6. Muestran autodisciplina y automotivación para completar sus tareas.
7. Son persistentes en alcanzar sus metas, ya que no se rinden con facilidad, siguiendo el principio que dice que “es imposible derrotar a una persona que nunca se rinde”.
En síntesis, la escrupulosidad podría describirse como el rasgo de personalidad de ser una persona muy cuidadosa, confiable y que se enfoca en hacer las cosas de manera responsable y correcta.
De acuerdo con el Dr. Watson, la escrupulosidad puede “educarse” e incrementarse con la edad, habiendo incluso, talleres especializados que buscan aumentar en las personas la capacidad de autorregulación a través de la realización de diversos ejercicios relacionados con el cumplimiento de ciertos objetivos que la persona se haya propuesto alcanzar, algo que, naturalmente, requiere disciplina y compromiso.
Otro factor que señala el Dr. Watson que también se relaciona con la longevidad es la “amabilidad”, sobre todo en situaciones consideradas estresantes, ya que aquellas personas psicológicamente saludables son capaces de recuperarse más rápido del estrés, por cuanto, ellas están en condiciones de “relativizar los problemas y volver fácilmente a su equilibrio interno”.
Por lo tanto, una combinación de hábitos saludables, capacidad de recuperación y rasgos de personalidad como la escrupulosidad y amabilidad estarían detrás de una vida más longeva y plena. Y si bien, la actitud positiva por sí sola no garantiza la longevidad, sí forma parte de un estilo de vida integral para efectos de envejecer de buena forma.
Por otra parte, el Dr. Oscar Cingolani, científico del Instituto Johns Hopkins, Estados Unidos, señala que la longevidad parece tener, asimismo, un componente genético importante, por cuanto, de acuerdo con sus observaciones y estudios, además de la actitud personal y conductas de autocuidado, la mayoría de las personas longevas tienen padres y abuelos longevos, lo que “sugiere que hay una genética asociada a la epigenética”, lo que significaría que la posibilidad de vivir muchos años más, en cierta medida, se heredaría, ya que las personas que provienen de familias, cuyos integrantes tiene una avanzada edad, tienen más probabilidades genéticas de alcanzar también ellas una edad avanzada.
Diversos estudios han identificado varios genes –como el FOXO3A– que parecen estar asociados con una mayor longevidad, ya que pueden influir en cómo las células del organismo responden a vivencias de estrés o cómo se regulan ciertos procesos metabólicos. El gen FOXO3A se encuentra con mayor frecuencia en personas mayores de 95 años.
Sin embargo, al igual que en el caso anterior, la genética es solo una pieza más del rompecabezas y no lo determina todo, ya que existen otros factores –dieta, ejercicio, entorno social– que influyen, asimismo, en la longevidad de un individuo.
Señalemos, finalmente que la periodista y antropóloga Cristina F. Pereda asegura que en “las comunidades con mayor esperanzas de vida las personas no fuman, apenas comen carne, caminan a todas partes y se relacionan socialmente casi a diario”.
Saque usted entonces sus propias conclusiones acerca de cómo quiere enfrentar su vida de ahora en más si desea alcanzar los 100 años o más de edad.
