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jueves, septiembre 19, 2024
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Estudio UNAB revela la percepción de facilidad en el acceso a licencias médicas en Chile y apoya reformas para un mayor control

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El 57% de los encuestados considera que es fácil obtener una licencia médica a través de un médico conocido, mientras que un 62% cree que es común que existan empresas dedicadas a la venta de licencias falsas.

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En una nueva versión de la Encuesta de Salud 2024 del Instituto de Salud Pública de la U. Andrés Bello, se pone en evidencia el alto grado de conocimiento y percepción de fraude en el sistema de licencias médicas en Chile.

Los resultados muestran que una mayoría significativa de los cotizantes del sistema de salud considera que es fácil acceder a este beneficio sin estar enfermo, ya sea a través de un médico conocido, mediante la compra directa a médicos que se dedican a esta actividad, o incluso, a través de internet.

Según el estudio, el 57% de los encuestados considera que es fácil conseguir una licencia médica con un médico amigo, mientras que un 56% opina que es sencillo comprarla directamente, y un 54% cree que es fácil adquirirla por internet. Estos porcentajes se elevan al 59% entre los afiliados a Fonasa, mientras que descienden al 49% en los cotizantes de Isapres.

Incluso, esta percepción de facilidad es aún más elevada entre los jóvenes de 18 a 29 años, donde un 65% considera que es fácil utilizar estos mecanismos para obtener una LM.

“Es evidente que el abuso y fraude en el sistema de licencias médicas se ha naturalizado a tal punto que una gran parte de la población conoce a alguien que ha abusado del sistema. Esto es grave y explica en gran medida el aumento en el gasto por licencias médicas en los últimos años. Además, demuestra que este problema ha sobrepasado la capacidad de control de los organismos responsables”, señaló Héctor Sánchez, director ejecutivo del Instituto de Salud Pública UNAB.

Legitimidad y conocimiento del mal uso

El sondeo también revela que un 62% de los encuestados cree que es muy frecuente que médicos creen empresas falsas para vender licencias médicas, percepción que se intensifica al 72% en el grupo de personas mayores de 61 años. Además, un 51% de los participantes ha tenido conocimiento de que alguien cercano consiguió o compró una LM sin estar enfermo.

A pesar de estas cifras, un 65% de los encuestados considera que, aunque no sea aceptable obtener una LM de manera fraudulenta, esta práctica no constituye un delito. Este porcentaje es más bajo entre los afiliados a Isapres, donde solo un 56% lo considera así. En contraste, solo un 33% del total de la muestra considera que la obtención de una LM por vías fraudulentas es un delito.

“Este no es un problema que se resolverá solo con medidas restrictivas, multas o castigos más severos, ya que culturalmente incluso se justifica el mal uso en situaciones como la enfermedad de un ser querido o la extensión del pre y postnatal. El sistema actual de otorgamiento de licencias médicas está agotado y necesita un cambio drástico, además de una revisión de los otros sistemas de protección social que, indirectamente, fomentan el mal uso de este beneficio”, agrega el exsuperintendente de salud.

Reformas e impacto en el sistema

A pesar de la aparente normalización de estas prácticas, existe una conciencia significativa sobre las consecuencias del fraude en licencias médicas. El 82% de los afiliados a Fonasa y el 72% de los de Isapres coinciden en que estas prácticas afectan gravemente a su sistema de salud.

En cuanto a las reformas propuestas para abordar este problema, hay un amplio acuerdo, con entre un 70% y un 84% de apoyo, en aumentar las sanciones a los médicos que emiten licencias médicas falsas, regular el otorgamiento restringiéndolo solo a médicos tratantes, y solicitar informes y el cumplimiento de protocolos oficiales.

Sin embargo, propuestas como establecer dos días fijos de no pago, independiente de la duración de la licencia médica muestra una desaprobación de un 58%. Situación similar se refleja en medidas como rebajar gradualmente la cobertura de la licencia médica, empezando con el 100% del sueldo el primer mes y disminuyendo hasta el 70% el sexto mes, donde solo un 35% está de acuerdo.

En cuanto a cambios estructurales del sistema, un 57% está de acuerdo en crear un organismo independiente a Fonasa y a las Isapres para autorizar o rechazar cada licencia médica entregada; y lo sigue dividir la cotización obligatoria de salud del 7% para crear un seguro destinado al pago de licencias médicas con un 50%.

Sánchez sostiene que el fraude en el uso de licencias médicas se ha convertido en un problema que impacta la seguridad social y el financiamiento del sistema de salud, además de afectar gravemente la economía debido a los altos niveles de ausentismo laboral y la caída en la productividad.

“Se necesitan reformas profundas, no solo en términos de sanciones y regulaciones, sino también en cambios institucionales, procedimientos y requisitos para otorgar y recibir este beneficio. Además, es imprescindible desarrollar una estrategia de educación cívica para que la población comprenda la importancia de la seguridad social y las consecuencias que el mal uso de estos beneficios tiene para el país”, concluye.

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