Esta cifra representa una reducción de 1,0 puntos porcentuales en comparación con el mismo periodo del año pasado.
La disminución en la tasa de desocupación se debe principalmente al aumento de las personas ocupadas, que creció en 2,5%, y al crecimiento de la fuerza de trabajo, que aumentó un 1,3%. En paralelo, el número de personas desocupadas se redujo en un 9,8%.
En cuanto a las tasas de participación y ocupación, estas se situaron en 58,6% y 53,7%, respectivamente, lo que implica un aumento de 0,3 y 0,9 puntos porcentuales comparado con el mismo trimestre del año anterior. Mientras tanto, la población fuera de la fuerza de trabajo registró un aumento marginal del 0,01%, influida especialmente por los inactivos potencialmente activos, que crecieron un 0,6%.
Por género, la tasa de desocupación femenina se ubicó en 8,9%, registrando una disminución de 0,5 puntos porcentuales en doce meses. En los hombres, la tasa de desocupación fue de 8,0%, disminuyendo 1,5 puntos porcentuales en el mismo periodo.
La estimación del total de personas ocupadas experimentó un crecimiento de 2,5% en comparación con el año anterior, donde el aumento fue particularmente significativo en las mujeres, con un 5,7%. Los sectores que más contribuyeron al incremento de la población ocupada fueron comercio (9,3%), actividades de salud (19,4%), e industria manufacturera (13,2%). Por categoría ocupacional, el aumento se concentró principalmente en los trabajadores por cuenta propia, con un 13,5%.
Por otro lado, la tasa de ocupación informal alcanzó un 34,0%, lo que supone un incremento de 0,9 puntos porcentuales en doce meses. Las personas ocupadas en el sector informal crecieron en un 5,1%, con aumentos tanto en los hombres (0,8%) como en las mujeres (10,1%).
En el período de referencia, la tasa combinada de desocupación y fuerza de trabajo potencial se situó en 20,2%, mostrando una reducción de 0,9 puntos porcentuales. La tasa fue del 17,7% en los hombres y del 23,1% en las mujeres, evidenciando una brecha de género de 5,4 puntos porcentuales.
Estos indicadores reflejan una leve mejoría en el mercado laboral de la Región de Los Ríos, aunque persisten desafíos en la recuperación de empleo formal y la reducción de la brecha de género en la subutilización de la fuerza de trabajo.