Esta cifra representa una disminución de 3,0 puntos porcentuales (pp.) en comparación con el mismo periodo del año anterior, resultado del aumento en las personas ocupadas, que crecieron en un 5,5%, y del incremento en la fuerza de trabajo, que creció un 2,2%. Asimismo, las personas desocupadas disminuyeron en un 29,4%.
La tasa de participación y la tasa de ocupación también mostraron indicadores positivos durante este periodo. La tasa de participación alcanzó un 58,9%, mientras que la tasa de ocupación se situó en un 55,0%, lo que representa incrementos de 0,8 pp. y 2,5 pp., respectivamente. Por su parte, la población fuera de la fuerza de trabajo registró una disminución del 1,2%, influida principalmente por la reducción de inactivos habituales, que cayeron en un 1,2%.
El comportamiento de la desocupación por género también es relevante. En las mujeres, la tasa de desocupación alcanzó un 7,1%, lo que significa una disminución de 2,8 pp. en doce meses. En el caso de los hombres, la tasa de desocupación se ubicó en un 6,3%, lo que representa una disminución de 3,1 pp. durante el mismo periodo.
En cuanto a los sectores económicos que más contribuyeron al aumento de la ocupación, se destacan la industria manufacturera, que creció un 28,3%; las actividades de salud, con un incremento del 31,4%; y la construcción, que registró un aumento del 15,1%. Por categoría ocupacional, los trabajadores por cuenta propia lideraron el ascenso con un crecimiento del 11,8%. Este aumento en la ocupación total fue impulsado en gran parte por las mujeres, quienes registraron un incremento del 11,1%, mientras que los hombres presentaron un crecimiento del 1,3%.
La informalidad laboral también experimentó un cambio significativo, ya que la tasa de ocupación informal se ubicó en un 35,0%, lo que representa un aumento de 2,5 pp. en doce meses. Este incremento estuvo influido tanto por hombres, que aumentaron en un 7,8%, como por mujeres, que registraron un crecimiento del 20,6%.
Por otro lado, la tasa combinada de desocupación y fuerza de trabajo potencial alcanzó un 18,5%, reflejando una disminución de 2,8 pp. respecto al mismo periodo del año anterior. Este indicador se situó en un 16,0% para los hombres y en un 21,2% para las mujeres, evidenciando una brecha de género de 5,2 pp.
En el marco de su compromiso con la entrega de información oportuna y de calidad, el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) ha introducido una nueva dimensión de análisis en la Encuesta Nacional de Empleo (ENE), denominada Tasa de Asociatividad en la Ocupación Principal (TAOP). Este indicador sintetiza el porcentaje de la población ocupada que participa en organizaciones laborales como sindicatos, asociaciones de funcionarios, gremios, colegios profesionales y otras agrupaciones. Desde julio de 2017, el INE ha implementado las recomendaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para medir las relaciones laborales, lo que ha permitido una comprensión más profunda del mercado laboral chileno.
Entre los productos asociados a esta nueva dimensión se incluyen variables en las bases de datos desde el trimestre julio-agosto-septiembre 2017, bases de datos anuales desde 2018 en adelante, cuadros estadísticos desagregados por región, sexo, sector económico, grupo ocupacional y categoría en la ocupación, así como una separata técnica denominada “Nuevas Dimensiones de Análisis de la ENE”.
Con estas innovaciones, el INE reafirma su compromiso de aportar al desarrollo del país mediante información estadística relevante y de calidad, contribuyendo así a una mejor comprensión del mercado laboral y a la toma de decisiones informadas.