En su comunicado, el PPD recordó que “el 11 de septiembre de 1973 se inició en Chile una de las dictaduras cívico-militares más largas y cruentas de América Latina”, caracterizada por “una represión sistemática contra los movimientos sociales y políticos de izquierda”, además de restricciones a las libertades fundamentales.
El partido enfatizó que durante el régimen militar “se cometieron graves violaciones a los derechos humanos, incluyendo asesinatos, desapariciones forzadas, prisión política, torturas y exilio”, afectando directamente a más de 28.000 personas y dejando una profunda herida en la sociedad chilena.
Asimismo, destacaron que la transición a la democracia fue posible gracias a la movilización ciudadana y la presión internacional, lo que permitió el plebiscito de 1988, en el cual la mayoría de la ciudadanía rechazó la continuidad del régimen. Sin embargo, lamentaron que “a más de tres décadas del fin de la dictadura, la defensa de la memoria y los valores democráticos sigue siendo un desafío”, ya que aún existen intentos de “justificar y relativizar los crímenes cometidos”.
Ante esta situación, el PPD La Unión dejó en claro su postura, afirmando que “rechazamos categóricamente cualquier intento de reinstalar reconocimientos oficiales a figuras vinculadas a la dictadura”, y que actuarán para impedir que la decisión de revocar el reconocimiento a Pinochet sea revertida.
Finalmente, hicieron un llamado a centrar los esfuerzos en iniciativas que promuevan el bienestar de la comunidad, destacando que “los esfuerzos deben centrarse en iniciativas que contribuyan al desarrollo y bienestar de la comunidad, promoviendo valores democráticos, respeto a los derechos humanos y unidad social”.
El debate sobre la memoria histórica y los reconocimientos oficiales sigue generando tensiones en La Unión, mientras diversas organizaciones y actores políticos se pronuncian en torno a la polémica propuesta.