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Olga Panguilef, la integrante de mayor edad de la agrupación indígena Puliwen en Lafken Maihue, recuerda con cariño la última vez que vio una trilladora en los campos. “Fue en tiempos de mis padres. Recuerdo de niña cuando mi papá salía, muy contento, a realizar labores agrícolas con su trilladora. Iba a muchos lugares porque la gente lo buscaba harto”, comenta.
Ese recuerdo se hace realidad nuevamente gracias a la reciente adjudicación de una nueva trilladora, obtenida a través del programa “Transferencia para el Desarrollo y Fortalecimiento Integral de la Agricultura Campesina e Indígena de la Región de Los Ríos”, ejecutado por INDAP y financiado por el Gobierno Regional de Los Ríos y su Consejo Regional. La máquina no solo permitirá cosechar los campos de la agrupación, sino que también revivirá las dinámicas de trabajo colectivo en la comunidad.
La maquinaria tiene un valor de 18 millones de pesos, de los cuales la agrupación solo debió aportar 2 millones. El resto del financiamiento provino de fondos del Gobierno Regional.
El Gobernador Regional, Luis Cuvertino, destacó el impacto de esta iniciativa en la comunidad de Maihue, señalando que, “esta entrega no solo significa modernización y eficiencia para esta agrupación, sino que también es un reconocimiento a la tradición y al esfuerzo de nuestra agricultura campesina. La adquisición de esta trilladora permitirá fortalecer la producción agrícola local y, al mismo tiempo, fomentar el trabajo colaborativo entre vecinos, recuperando prácticas comunitarias que han sido parte fundamental de nuestra historia. Desde el Gobierno Regional seguiremos apoyando iniciativas que impulsen el desarrollo rural y la soberanía alimentaria en nuestra región”.
Galindo Santibáñez, encargado de la agrupación, destaca los objetivos tras la postulación a este beneficio: “Primero, queremos recuperar la capacidad de producción en los campos. Segundo, buscamos prestar servicios con esta máquina en los predios vecinos. Esta es una herramienta que nos permitirá sembrar y cosechar trigo y avena, lo que es un gran paso para nuestro desarrollo. Estamos muy agradecidos del Gobierno Regional y de INDAP por esta oportunidad”.
Por su parte, Norma Santibáñez, otra integrante de la agrupación, recalca que la trilladora cubre una necesidad histórica: “Esto nos beneficia tremendamente como agricultores. Hasta ahora no estábamos sembrando por falta de maquinaria, pero este tipo de logros demuestra que, cuando las personas trabajan asociativamente, se pueden alcanzar grandes beneficios para la pequeña agricultura familiar campesina”.
La falta de maquinaria no es el único desafío que enfrentan los agricultores campesinos e indígenas. Pamela Santibáñez subraya que la migración de jóvenes a las ciudades, motivada por la falta de oportunidades, ha dejado un vacío en la agricultura tradicional. “La ausencia de implementos como este ha hecho que con los años los jóvenes se alejen de estos espacios, dejando abandonados a sus familias y a la pequeña agricultura. Por eso, creemos que programas como este pueden comenzar a revertir esa tendencia”.
La agrupación celebra que esta adquisición no solo beneficiará su trabajo, sino que también será un apoyo para muchas familias de la zona. “Estamos muy contentos porque esto va más allá de nosotros, impactará positivamente a todo el sector”, concluye Pamela.
