Su amplia y reconocida trayectoria académica incluye investigación, cuatro décadas dedicadas a la formación de estudiantes de pregrado y postgrado y la publicación de 9 libros.
La destacada historiadora Dra. María Angélica Illanes recibirá el Premio Jorge Millas de la Universidad Austral de Chile en una ceremonia que se realizará el próximo viernes 28 de junio en reconocimiento a su contribución de manera notable con su obra intelectual y su vida a ennoblecer y desarrollar la institución universitaria y la educación superior.
El jurado de este premio estuvo integrado por el rector Dr. Óscar Galindo y por los académicos Carlos Amtmann, Niall Binns, Carlos Oyarzún y Vicente Serrano. En el acta destacaron que su abordaje de la historia chilena desde perspectivas críticas poco habituales –enfocando, por ejemplo, las historias de vida de mujeres anónimas, la figura de las visitadoras sociales, el peonaje minero o las escuelas de pobres– ha contribuido a ensanchar los ámbitos de la historiografía chilena de una manera excepcional.
El solemne acto se llevará a cabo a las 11.30 hrs. en el Salón Jorge Millas de la UACh en el Campus Isla Teja en Valdivia y el Laudatio (o defensa de méritos) estará a cargo de la prodecana de la Facultad de Filosofía y Humanidades, Dra. Karen Alfaro.
Para la galardonada, recibir este premio “es un honor porque es una universidad a la que estimo y valoro mucho. Creo que juega un rol muy importante en el cultivo y difusión del saber en el sur de Chile. Y también lo valoro mucho porque está inspirado en un insigne intelectual chileno”.
Amplia trayectoria
La Dra. María Angélica Illanes Oliva nació el 22 de octubre de 1949 en Santiago. Entre 1968 y 1973 estudió Pedagogía en Historia y Geografía en la Pontificia Universidad Católica de Chile, pero por motivos políticos se le denegó la posibilidad de rendir su examen de grado final. En 1983 se licenció en Filosofía, con mención en Historia, por la Universidad de Chile, con distinción unánime. Ese mismo año recibió el Diplomado Superior en Ciencias Sociales por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO). En 2004 se doctoró en Historia por la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Fue docente en el Departamento de Estudios Humanísticos de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile entre 1976 y 2000; dirigió la Escuela de Historia y Ciencias Sociales de la Universidad ARCIS entre 2004 y 2006; y fue Profesora Titular del Instituto de Historia y Ciencias Sociales de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la UACh entre 2007 y 2012, unidad en la que continúa como docente a jornada parcial y donde ha desempeñado importantes funciones académicas, participando además en comisiones de nivel central. Igualmente estuvo vinculada a las universidades de Santiago de Chile, Academia de Humanismo Cristiano y Metropolitana de Ciencias de la Educación.
Ha dedicado cuatro décadas a la formación de estudiantes de pregrado y postgrado en las distintas universidades en las que ha trabajado. Además, ha sido investigadora responsable de seis proyectos regulares FONDECYT, y co-investigadora en otro proyecto del mismo fondo, entre otros. Dentro de una nutrida trayectoria de escritos académicos y ensayos históricos cuenta con 9 libros publicados. Sus referentes teóricos son Hegel, Marx, Gramsci y Foucault.
Historia y feminismo
Consultada acerca de la eliminación de historia y de educación física como ramos obligatorios para alumnos de 3° y 4° medio del país, planteó que “es lo más grave que ha ocurrido en materia cultural en Chile desde el regreso a la democracia”. A su juicio, “la clase dirigente, especialmente de derecha de este país, sabe muy bien la relevancia de la historia y la importancia que ésta ha tenido en la formación de la conciencia ciudadana, así como en la construcción político-cultural de los Estados, repúblicas y sociedades”.
Pero, desde su perspectiva, han pasado dos fenómenos desde el regreso a la democracia: “Ya no se puede cantar a las glorias de las FF.AA. ni de la derecha civil (actualmente en el gobierno), pues sus manos están manchadas con sangre, lo que se quiere esconder y velar. En segundo lugar, el avance de la historia social, de las mujeres, de los pueblos originarios y, en general, de los sujetos populares y marginalizados, ha tomado tanta fuerza en todo el mundo y en nuestro país que necesariamente los programas escolares se han tenido que permear de las historias de estos sujetos que otrora estaban invisibilizadas”, recalcó.
Sobre lo que ha pasado con el mayo feminista y con la igualdad de género en la UACh y en el país en el último tiempo, la Dra. Illanes opinó que es algo maravilloso y revolucionario. “En un libro que escribí sobre las mujeres comunes y corrientes que se llama ‘Nuestra historia violeta’ planteé que mientras todas las revoluciones sociales fueron aplastadas, la revolución feminista pervivió. Fue la única revolución que sobrevivió a la dictadura y que, a partir de los 90, emergió con mucha fuerza”.
“Después de 40 años es una nueva generación la que toma la bandera revolucionaria del feminismo no solo levantando sus reivindicaciones anti-patriarcales, sino mostrándose en la plenitud de su figura como sujeto histórico, conscientes de sí mismas. Ante la fuerza de su presencia crítica y autoconsciente ya no hay nadie en la sociedad que se atreva a no verlas y a negarlas… Sin embargo, obviamente que su lucha tiene que llegar al fondo, que es la relación con el hombre, con el macho que la asesina”.
En este contexto, “no queda otra alternativa que educar a los hombres”. Por ello “la educación no sexista tiene que apuntar a los niños hombres fundamentalmente. Ellos tienen que ser educados en la sensibilidad, en el cariño, en el amor, en el respeto, en la tolerancia, en el no ejercicio de la fuerza como violencia, y en la canalización de su energía hacia fines colaborativos”, añadió.