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viernes, septiembre 20, 2024
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Investigadora USS explica cómo la luz ultravioleta C desinfecta superficies del COVID-19

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La luz ultravioleta (UV) del tipo C pueden destruir el ADN de microorganismos y al hacerlo termina eliminándolos, dado que no se podrán dividir o replicarse.

Esta semana, las imágenes de los establecimientos educacionales de color “morado-violeta” -visto el inicio de clases en Wuhan (China)- han dado la vuelta al mundo, esto por el uso de la luz UV del tipo C para desinfectar las aulas. Sistema que como indica Yosselyn Garay, doctora en Ciencias de la Facultad de Medicina y Ciencia de la U. San Sebastián, necesita de respetar protocolos estrictos, ya que el ser humano no debe estar expuesto a ese tipo de radiación UV.

“La luz ultravioleta C tiene efecto germicida y funciona a una longitud de onda entre 200 nm –nanómetros- a 295 nm, siendo el óptimo los 265 nm; tiene efecto desinfectante, es decir, elimina bacterias, virus, hongos y parásitos, pero no son capaces de eliminar esporas bacterianas”, señala.

De igual forma, Yosselyn Garay explica que la luz ultravioleta no esteriliza sólo desinfecta. “Cuando se habla de esterilización, quiere decir que se elimina todo tipo de microorganismo y en el proceso de desinfección se elimina a la mayoría, pero no a las esporas bacterianas que tienen proteínas especiales que protegen a su ADN de la acción de la luz UV”, recalca.

“El uso de la luz UV-C como desinfectante no es algo nuevo, se usa en laboratorios, hospitales, para desinfectar la superficie de frutas de exportación, en peluquerías en distintas áreas”, acotó.

La docente de la USS Valdivia además indica que es recomendable que se use en la noche, ya que desinfectaría todas las superficies. “El efecto se ejerce directamente sobre el ADN de los microorganismos, por lo tanto, no se acumula, no deja residuos peligrosos, ni daña la superficie donde se aplica, es muy efectivo como desinfectante. Esta luz no se podría usar durante el transcurso de la jornada escolar, ya que es perjudicial para las personas, ya que nuestras células también tienen ADN. Puede producir quemaduras a nivel de la córnea y superficie de la piel, debido a su escaso poder de penetración”, advierte.

Ahora, algunas indicaciones dentro del protocolo al aplicar la luz UV-C son: señalizar zonas, atender a las instrucciones del fabricante, utilizar ciertas dosis, usar pantallas faciales que protejan frente a la radiación y minimizar el tiempo de exposición a ésta. “Se debe ventilar la habitación desinfectada, ya que la luz UV es capaz de ionizar el aire, generando gas ozono, éste tiene poder oxidante y efecto tóxico a bajas concentraciones, su inhalación puede irritar la mucosa respiratoria, tos, dolor de cabeza u otros síntomas, dependiendo de la concentración de ozono inhalada”, subraya Garay.

Otro aspecto que se ha destacado de este método es que es amigable con el medio ambiente y económico. “El costo en mantención y almacenamiento de una lámpara UV-C germicida es bajo. No es corrosivo como el cloro, la desinfección con amonio cuaternario o soluciones de cloro se usan como adyuvantes, ya que sería conveniente usar UV-C durante la noche y usar desinfectantes habituales durante el día”, sostiene la investigadora.

Pie de foto: La luz UV-C así como como algunas sustancias químicas o físicas se utilizan como sistemas de desinfección.

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